Existen más de 7.000 lenguas vivas en el mundo, pero solo unas pocas tienen el poder de abrir tantas puertas como el árabe. Desde conectar con más de 460 millones de personas hasta acceder a una vasta herencia cultural y espiritual, el árabe es mucho más que un idioma. Es una puerta a nuevas oportunidades, tanto profesionales como personales. Aquí te damos 13 razones para empezar a aprenderlo.
1. Te abre las puertas a más de 20 países y te permite explorar sus culturas
El árabe es una verdadera llave mágica que permite conocer desde adentro decenas de culturas. El árabe estándar es la lengua oficial o cooficial de 25 Estados nacionales (2024) que se extienden a lo largo de dos continentes: África y Asia. Un atractivo único que solo lo tiene junto al inglés, español y francés. Además, debido a la rica diversidad cultural de las naciones que lo hablan, el árabe cuenta con más de 30 dialectos regionales. Por ello, además de aprender el árabe estándar, los estudiantes pueden optar por especializarse en la versión coloquial de una región específica para lograr una inmersión social y cultural más profunda.
2. Es uno de los 5 idiomas más hablado del mundo y nos conecta con más de 460 millones de personas
El árabe ocupa el quinto lugar entre los idiomas más hablados del mundo, detrás del inglés, chino, hindi y español. Si nos centramos en los hablantes nativos, se posiciona en el cuarto lugar, justo después del chino, español e inglés, y antes del hindi. Representa al 6% de la población mundial y no solo se habla en los países árabes, sino también en diversas regiones de Asia, África, Europa y América, donde residen millones de inmigrantes árabes. Esto nos brinda la oportunidad de conectar con más de 460 millones de personas, cada una con su propia historia única. Como bien dice el proverbio: «Cada persona es un mundo».
3. Te abre la mente a obras académicas, cinematográficas, literarias y poéticas de millones de artistas y sabios de los últimos 14 siglos
El árabe, difundido por el mundo desde el siglo VII gracias a las conquistas islámicas, trascendió los límites del «Mundo Árabe» y dejó una profunda huella en regiones como España, Irán y Turquía. Aunque hoy en día no se habla en estos lugares, su legado perdura tanto en sus lenguas como en una vasta producción científica y artística. Por ello, el árabe nos conecta con disciplinas diversas, tanto actuales como de los últimos 14 siglos.
Este idioma nos permite disfrutar de obras literarias de poetas, ensayistas y escritores de la Nahda (un término que se refiere al período del «renacimiento» o «despertar» de la literatura árabe en los siglos XIX y XX), como Mahmoud Darwish, Nizar Qabbani, Fadwa Tuqán, Adonis, Mufdi Zakaría, Yibrán Jalil Yibrán y Ghassan Kanafani. También nos abre puertas a la literatura clásica, el cine árabe, series y documentales, ideales para quienes desean conocer el mundo árabe sin el filtro occidental de orientalismo histórico.
Si alguna vez soñaste con sumergirte en un nuevo mundo cultural, profesional o espiritual, el idioma árabe es tu pasaporte.
4. Para comprender las letras de la música árabe altamente difundida en el mundo de la danza
Este es uno de los motivos más genuinos por los cuales miles de bailarines, tanto amateurs como profesionales, de danzas orientales o folklóricas de los más de 20 países árabes, deciden aprender árabe. Ya sea el árabe estándar o alguno de sus dialectos, este conocimiento les permite conectar con el verdadero significado de las canciones que bailan, para vibrarlas e interpretarlas con el alma. Los dialectos adquieren relevancia según el estilo musical o el artista que cautive el corazón del bailarín. Por ejemplo, el dialecto egipcio es esencial para entender las canciones del célebre Amr Diab o Umm Kulthum, mientras que el dialecto levantino es fundamental para comprender a artistas como Fairuz, Nancy Ajram y Elissa, y muchas canciones de Dabke. Los dialectos del Golfo son clave para el estilo Jaliyi, y el argelino para las amantes de la música Rai.
5. Permite acceder a nuevos medios de comunicación y obtener otras visiones alternativas
Este punto es esencial, ya que tener acceso a medios de comunicación en árabe abre la puerta a nuevas perspectivas y visiones alternativas, ampliando nuestra comprensión del mundo. Al estudiar árabe, las personas pueden contrarrestar la información sesgada y la imagen distorsionada del árabe como un «otro lejano, peligroso y antagónico» que a menudo se construye desde los medios occidentales. Por esta razón, en América y Europa, miles de comunicadores, analistas políticos, activistas, voluntarios de ONGs y personas curiosas o con un pensamiento crítico recurren al árabe. Este idioma les permite acceder a fuentes de información más diversas, ampliando su perspectiva y comprensión de las realidades de otras regiones del mundo. Después de todo, la mente es como un paraguas: si no se abre, no funciona.
6. Ayuda a la neuroplasticidad y es beneficioso para la mente
Está comprobado que aprender idiomas, sin importar cuál sea ni a qué edad, es muy beneficioso para la mente, ya que promueve la creación de nuevas conexiones neuronales que activan el cerebro y lo llevan a una fase de desarrollo continuo. En el caso del árabe, existen además dos características que lo convierten en un desafío estimulante y divertido: la primera es que tiene un alfabeto propio, con letras que producen sonidos muy distintos a los del español; y la segunda es que se escribe de derecha a izquierda, lo que presenta un desafío adicional, especialmente al principio del aprendizaje. Este enfoque distinto pone a prueba la mente y favorece la neuroplasticidad.
7. Es uno de los 6 idiomas de mayor jerarquía mundial
El 18 de diciembre de 1973, el árabe se convirtió en la sexta lengua oficial de las Naciones Unidas, y desde entonces ha mantenido su estatus como uno de los seis idiomas oficiales de las principales organizaciones mundiales, como la FIFA y la Interpol. Además, es uno de los idiomas oficiales en organismos regionales de Asia y África, como la Liga de los Estados Árabes, la Unión Africana y la Organización para la Cooperación Islámica, entre otros. Esta jerarquización del árabe estándar, que lleva más de 50 años, provoca dos efectos significativos: primero, lo destaca entre las más de 7.000 lenguas vivas por su utilidad global; segundo, hace que el dominio de este idioma, así como su traducción o enseñanza, sea altamente valorado, solicitado y remunerado.
8. Potencia las habilidades profesionales, laborales, artísticas y comerciales
El dominio del árabe, tanto en su forma estándar como en sus dialectos, abre numerosas oportunidades en diversos campos por todo lo anteriormente mencionado.
Entre los sectores más relevantes se incluyen el turismo, el comercio internacional, la traducción (tanto oficial como informal), los servicios a empresas y personas, el desarrollo web (dado que el árabe es la quinta lengua más usada en internet), la diplomacia, la administración pública, la cultura, las artes plásticas (especialmente la caligrafía), y la producción de eventos. Además, el árabe es un idioma fundamental en el periodismo, la creación de contenido para redes sociales, el cine y el ámbito académico. El conocimiento del árabe también ofrece una ventaja en mercados y oportunidades comerciales en las regiones de habla árabe, lo que lo convierte en una herramienta valiosa en un mundo cada vez más globalizado.
Al estudiar árabe, las personas pueden contrarrestar la información sesgada y la imagen distorsionada del árabe como un ‘otro lejano, peligroso y antagónico’ que a menudo se construye desde los medios occidentales.
9. Vincula a las personas con sus raíces y fortalece vínculos comunitarios
Desde finales del siglo XIX y durante el siglo XX, millones de árabes, principalmente levantinos de Siria, Líbano y Palestina, y en menor medida del norte de África, emigraron al continente americano. Estos inmigrantes se establecieron en diversos países, y ya llevan entre tres y seis generaciones en su nueva tierra. En Argentina, por ejemplo, se estima que más de 4 millones de personas tienen ascendencia árabe, lo que representa alrededor del 10% de la población. En Brasil, solo los libaneses y sirios superan los 15 millones. También destaca la comunidad palestina en Chile, donde han llegado a formar un reconocido club de fútbol de fama mundial.
En estos países, así como en Colombia, Venezuela, Paraguay, Perú, El Salvador, Honduras, México, Cuba, y otros, muchas personas, de todas las edades, eligen estudiar árabe no tanto por razones profesionales, sino por motivos emocionales. Este aprendizaje les permite reencontrarse con sus raíces y el legado de sus ancestros. En Estados Unidos y Europa, el árabe también es elegido por hijos y nietos de inmigrantes o refugiados que, como resultado de conflictos geopolíticos, han perdido esa conexión. Para ellos, aprender árabe no es solo un viaje hacia el «exterior», sino más bien a su interior: una forma de reconectar con sus orígenes, recordar la infancia, a los abuelos y de revivirlos en uno mismo.
10. Es el idioma del Corán y fomenta el desarrollo espiritual
El árabe es la lengua del Corán, el libro sagrado del Islam, lo que lo convierte en un idioma litúrgico de especial relevancia.
Esta cualidad sacra la comparte con muy pocas lenguas como el hebreo antiguo (extinto), el arameo (lengua de Jesús) y el latín (lengua de la Iglesia Católica). Ni el francés, ni el inglés, ni el español tienen esta cualidad.
Uno de los principales motivos por los cuales el árabe es tan estudiado a nivel mundial es que millones de musulmanes desean aprenderlo para leer el Corán en su versión original, sin depender de traducciones. El Islam es de las 2 religiones más numerosas del mundo junto al cristianismo, y cada día personas de todo el mundo abrazan el Islam y comienzan a estudiar árabe como parte de su desarrollo espiritual y para acercarse más a Dios.
Por esta razón, en muchos países islámicos, como Irán, Bangladesh y Malasia, el árabe forma parte de la currícula escolar y es una de las lenguas más estudiadas en las universidades. Se estima que decenas de millones de personas lo estudian como segunda o tercera lengua, superando ampliamente a muchas lenguas europeas (exceptuando el inglés y, en algunos casos, el francés).
11. Tiene el segundo sistema de escritura más utilizado y es la puerta de entrada a otros idiomas
Al igual que el latín, el árabe cuenta con su propio sistema de escritura, que es el segundo más utilizado en el mundo. Estudiar árabe puede ser la puerta de entrada a otros idiomas como el persa, el urdu, el pastún, el kurdo, entre otros. Esta conexión con lenguas cercanas hace que aprender árabe sea un paso estratégico para expandir los horizontes lingüísticos y culturales.
12. Es considerado el idioma del futuro
Con más de 7.000 lenguas vivas en el mundo, muchas corren el riesgo de desaparecer, mientras que otras, como el francés, han perdido terreno frente al inglés. Sin embargo, lenguas como el árabe y el español siguen siendo fuertes debido a la cantidad de hablantes y la relevancia de los países que las utilizan a nivel global.
El árabe, en particular, ha ganado importancia en un mundo cada vez más multipolar, debido a factores geopolíticos, económicos y religiosos. Hoy en día, el árabe es la quinta lengua más hablada en internet y su presencia en el contenido digital ha crecido considerablemente en los últimos 20 años. La relevancia económica de los países árabes, su desarrollo, sus aerolíneas internacionales, sus cadenas de noticias y su atractivo turístico y cultural aumentan el valor del árabe en el ámbito global. Por estos motivos, el árabe, junto con el chino y el español, es considerado uno de los idiomas del futuro.
13. Es el nuevo idioma de la libertad y la resistencia
En los últimos años, una nueva motivación ha llevado a miles de personas de todo el mundo a estudiar árabe. Así como la lucha revolucionaria de Argelia y Vietnam fue un símbolo de emancipación en las décadas de 1950 y 1960, hoy la Causa Palestina se ha convertido en el referente mundial de resistencia. La heroica lucha del pueblo palestino ha capturado la atención global, especialmente con el impacto de las redes sociales, que han permitido difundir su mensaje de resistencia.
En todo el mundo, las manifestaciones se llenan de banderas palestinas, y los ojos, corazones y oídos del mundo se han dirigido a Palestina. Tal es así, que palabras como Nakba, Intifada, Muqawama, Fedayin o Sumud, han trascendido las fronteras del mundo árabe y se replican en el mundo en su idioma original. Esto ha generado un creciente interés por estudiar árabe, tanto en su versión estándar como en su versión dialectal levantina, para establecer una comunicación directa y comprender mejor su lucha, música, poesía y cultura milenaria sin intermediarios. Hoy en día, en la vanguardia de la resistencia global, se habla, escribe, escucha y lee en árabe.
Estos son los principales motivos por los cuales el árabe se ha convertido en uno de los idiomas más estudiados del mundo, especialmente en los últimos 20 años, gracias a las herramientas tecnológicas que facilitan el aprendizaje. Ya sea por razones profesionales, espirituales, personales, ideológicas o simplemente por curiosidad, aprender árabe es cada vez más atractivo a nivel global.
Si alguna vez soñaste con sumergirte en un nuevo mundo cultural, profesional o espiritual, el idioma árabe es tu pasaporte.