Entrevista a Alejandra Craham, directora de esta obra que se estrenó en el marco del 4to Encuentro de Poesía Árabe.
El 7 de Diciembre de 2019, se estrenó en el marco de la Ceremonia de premiación del 4to Encuentro de Poesía Árabe en Bs. As., la obra de teatro, “Kanafani en 3 actos”. Una obra escrita y dirigida por Alejandra Craham, actriz y activista argentina.
Esta obra es una trilogía compuesta por: «La tierra de las naranjas tristes» (1963), «Carta desde Gaza» (1955) y «Madre de Saad» (1969). Tres escritos por Ghassan Kanafani que fueron adaptados al formato teatral por Alejandra.
Kanafani es una figura prominente de la literatura Árabe y mundial, sin embargo no abundan en nuestro país homenajes como el que Alejandra llevó a cabo con esta obra. Este escritor Palestino, nacido en 1936 en la ciudad de Acre, sufrió desde niño las consecuencias de la colonización. Entre exilio, deportaciones y militancia política, su corta vida lo nutrió de experiencias que luego plasmó en su obra, mezclando la realidad artística con la histórica.
Al descubrir que el autor estuvo inmerso dentro de los acontecimientos históricos narrados (…), su obra cobra otro matiz y resuena con la veracidad de quien fue testigo de La Nakba.» Alejandra Craham
Su obra es indisociable de su compromiso político. Una vez afirmó: «Mi posición política proviene del hecho de que soy novelista. En lo que a mí concierne, política y novela son indivisibles, y puedo afirmar categóricamente que me comprometí políticamente porque soy novelista, no al contrario.»
Así todo, su obra está lejos de leerse como panfleto político. Sus relatos son reales, sus personajes humanos, y su pluma poética. En esta nota entrevistamos a Alejandra Craham para que nos contara sobre el proceso de creación de la obra:
¿Qué es lo que te inspiró a crear esta obra? ¿Por qué eligiste obras de Ghassan Kanafani?
Alejandra Craham: Siendo actriz y miembro de Fidai desde su fundación, siento la necesidad de poner el cuerpo en escena de manera conjunta por la causa palestina y llevar adelante una obra de teatro sobre la historia y realidad del Pueblo Palestino.
Ghassan Kanafani captó rápidamente mi atención por el temple de su pluma, el tinte auténtico, poético y simbólico de su escritura y luego tras leer sobre su vida sentí aún más magnetismo por el autor. Elegí sus obras por la ligación de los acontecimientos históricos y a su vez las distintas situaciones y personajes. Son una mezcla interesante de colores expresivos que pudieron amalgamarse en una obra compacta.
Al descubrir que el autor estuvo inmerso dentro de los acontecimientos históricos narrados y por lo tanto habiendo vivenciado los mismos, su obra cobra otro matiz y resuena con la veracidad de quien fue testigo de La Nakba (La catástrofe) del ’48 siendo aún un niño.
En «La tierra de las naranjas tristes» nos rebela lo que siente un niño al convertirse en refugiado además de la situación dramática de esa familia en particular y del pueblo palestino en general. Pues fueron cientos de miles quienes se convirtieron en refugiados. En «Madre de Saad» se puede percibir al intelectual que habla con la mujer del campo como su propio reflejo, una realidad que conoció desde adentro cuando fue maestro en un campo de refugiados y por lo tanto estando en contacto directo con la realidad de los campos.
Su breve vida es intensamente inspiradora y ha dejado un legado que no podrán borrar quienes intentan desdibujarlo, pues su color al igual que el de su pueblo es inmarcesible.»
Ghassan Kanafani (1936-1972) escritor, periodista, pintor, militante y finalmente mártir por una bomba que la Mossad puso en su automóvil, introdujo la Literatura de la Resistencia y presentó a los poetas de la resistencia como Mahmud Darwish, Samih Al-Qasim, Taufiq Zaiad, entre otros. Sin lugar a dudas su breve vida es intensamente inspiradora y ha dejado un legado que no podrán borrar quienes intentan desdibujarlo, pues su color al igual que el de su pueblo es inmarcesible.
¿Cómo fue la experiencia con los textos? ¿Tuviste alguna dificultad en adaptarlos a nuestro escenario porteño?
AC: A los textos los leí muchísimas veces. Primero para conocer lo que comunica el relato y su fecha histórica. Luego para observar y reflexionar sobre los aspectos humanos narrados y encontrar las similitudes que podíamos tener desde acá como argentinos o latinoamericanos sin dejar de tener en cuenta las particularidades del asunto palestino. Finalmente, para decidir cómo podría transformarse el lenguaje literario en dramático para ser representado, es decir, teniendo en cuenta la situación, el factor desencadenante, el objeto de conflicto y la acción para así poder crear personajes vivos.
No sentí dificultad de llevar la obra al escenario porteño teniendo en cuenta el factor común del comportamiento humano y sin olvidar lo anteriormente mencionado. Una vez que se formó la estructura fue propuesta al elenco para darle vida, destruyendo quizás algunas partes, reconstruyendo otras y finalmente logrando componer personajes vivos en escena. Una artesanía que hemos tenido que darle forma de manera conjunta.
¿Por qué elegiste estrenar la obra en la Embajada del Estado de Palestina y en el marco del Encuentro de Poesía Árabe?
AC: La obra tenía que nacer en la Embajada ya que es un honor sentir que uno pisa tierra palestina. Nos sentimos en nuestra casa como el querido Sr. Embajador Husni Abdel Wahed siempre nos dijo y demostró con su hospitalidad, tanto la suya como la de toda la gente de la Embajada con quienes estamos más que agradecidos.
Teníamos una fecha previa y específica para estrenar la obra pero que por cuestiones técnicas no llegamos a estar listos para ese día. Fue entonces que Agustín Dib nos invita a compartir el día de la entrega de premios del 4to Encuentro de Poesía del Club de la Cultura Árabe. Resultó una experiencia bellísima e inolvidable. Todavía siento el furor de los aplausos y la dicha inmensa de saber que el público estuvo unido al viaje de la obra. Eternamente agradecidos con el querido compañero Agustín, por habernos hecho espacio dentro del marco de la ceremonia de premiación, con el excelentísimo Sr embajador Husni Abdel Wahed y con la Embajada del Estado de Palestina.
¿Qué proyección tenés para esta obra? ¿Cómo te imaginas la vuelta al teatro pos pandemia?
AC: La obra tendrá que adaptarse de acuerdo al espacio en que sea llevada a cabo. El estreno de «Kanafani en tres actos» fue pensado especialmente para el escenario rústico de la Embajada y sabiendo que la función sería al aire libre. Al ser llevada a otros espacios se presentan otras posibilidades así como a su vez nuevos desafíos.
Imagino un público que tras haber experimentado el confinamiento abra también aún más sus sentidos para ver y comprender lo que ocurre en Palestina y así apoyar a este pueblo que lucha por su libre autodeterminación.»
La vuelta al teatro la imagino con un público receptivo. Quizás haya una nueva manera sobre la ubicación en las butacas, quizás con cierto distanciamiento. Una nueva situación que puede llegar a colocar sensorialmente al espectador en una mejor posición aún para sentir el asunto palestino más de cerca, es decir, vivenciando por el solo hecho de estar sentados con distanciamiento, la segregación que sufre el pueblo palestino a diario y desde hace años. Imagino un público que tras haber esperado tanto a que se abra el telón y tras haber experimentado el confinamiento abra también aún más sus sentidos para ver y comprender lo que ocurre en Palestina y para entonces apoyar a este pueblo que lucha por su libre autodeterminación.
Hacer teatro sobre Palestina representa un desafío en los teatros argentinos ya que evidentemente ha habido una cuestión de dejar de lado este asunto. De parte de quienes integramos «Kanafani en tres actos» y unidos al pueblo palestino decimos: ¡Ojalá sea hasta la próxima función y Hasta la Victoria siempre!
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